Expansión
Cuando conocí Nueva York tenía 13 años y cuando conocí Santa Fe de Antioquia tenía 15 años, ambos lugares lograron ganarse toda mi mente y todo mi corazón, fue algo que no puede definirse con palabras y es lo que se siente cuando uno se enamora de verdad.
A veces en la semana, esos lugares se vienen a mi mente tres o cinco veces, voy allá y mi mente recrea vivencias y siento muchas emociones. Voy de día, de noche, veo las luces y siento el calor, el olor.
Estos lugares se conectaron en mi niñez y en mi juventud con la mente que nos dio Dios a todos y que muchos no han querido renovar, yo venía de un pueblo para nada lindo ni organizado y al ver estos lugares mi subconsciente leyó las palabras avance, desarrollo, mejora, creatividad, progreso, expansión.
Pasa exactamente lo mismo con Jesús, le ves después de vivir en lo feo, conoces como pone todo tan lindo y perfecto, te renueva la mente hacia el progreso y la expansión. Te enamoras tanto de Él, que piensas a diario en Él, y tu mente recrea vivencias que no son sólo del pasado sino que también vendrán. Te enamoras tanto que suspiras constantemente y a veces no puedes ni dormir, las palabras expansión, progreso y avance comienzan a ser tus mejores amigas, toda la honra es para Dios, ni un solo mérito es tuyo, porque eres nada sin Dios.